LA COMUNIDAD

Diversos movimientos indigenistas fueron gestándose en distintos lugares de América a lo largo del siglo XX y tuvieron su máxima expresión alrededor del quinto centenario del desembarco de Cristóbal Colón en las Antillas. A partir de ese momento los pueblos originarios demostraron su presencia en el plano político tanto americano como argentino. Poco después, en 1994, se sancionó la reforma de la Constitución Nacional por la cual se reconoció a los pueblos originarios la preexistencia al Estado Argentino.

La lucha de los pueblos diaguitas tuvo uno de sus pilares fundamentales en la creación de la Comunidad Indígena del Pueblo Diaguita del valle de Tafí. Dicha Comunidad nació a fines de los ’90 como un espacio en el que un numeroso grupo del Valle logró debatir problemas comunes que en otros espacios de política tradicional eran imposibles de resolver. Los individuos que se sumaron a este espacio, se reconocían como diaguitas o como descendientes de ellos, y encontraron en él no solo el respaldo para mejorar sus posibilidades sino también una forma de transmisión de saberes ancestrales. Esta Comunidad aglutina a la población Diaguita del centro y norte del Valle de Tafí.

La Comunidad se rige a partir de un estatuto, y es necesario que todo miembro cumpla con él. La organización política está estructurada a partir de la existencia de distintas Bases, las cuales tienen sus delegados. El conjunto de los delegados constituye un colectivo colegiado donde se discuten todos los temas referentes a la comunidad y se toman las decisiones. Paralelamente también existe la figura del Cacique o Curaca y La Segunda Persona, los cuales son elegidos por la totalidad de los comuneros, en elecciones abiertas y sus mandatos son periódicos.

Además, la conformación de la Comunidad y el reconocimiento por parte del Estado en las Constituciones Nacional y Provincial, permitió buscar soluciones a los problemas que aquejan a este sector de la sociedad. Uno de los problemas más grandes a los que le da solución la Comunidad actualmente es al acceso a la tierra; para muchos comuneros integrar la comunidad representó el acceso a la tierra y a la posibilidad de construir sus viviendas. Además, otra posibilidad no menor, es el de proteger el patrimonio arqueológico como testigo de la identidad indígena frente al avance inmobiliario y productivo.

Desde la conformación de la Comunidad Indígena, se han dado importantes avances en la recuperación y recreación de prácticas ancestrales, así como elementos de la cosmovisión del Pueblo Diaguita y panandinos. Este proceso también tuvo como eje la conformación de la Unión Diaguita, confederación que nuclea a los distintos pueblos Diaguitas de la región y les permite llevar adelante acciones coordinadas frente al estado y otras instituciones.

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Los comuneros y comuneras del Valle de Tafí nos relatan su cosmología

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